La
meditación parece estar de moda, pero detrás de lo que algunos consideran que es una tendencia pasajera se esconde una práctica que tiene múltiples beneficios para nuestra salud.
Hay mucha gente que no sabe de qué se trata o cómo debe iniciarse. Queremos contaros cómo podéis empezar a realizar esta actividad para poder
vivir vuestra vida con mayor plenitud y relajación.
En el mundo actual donde siempre vamos con prisas,
estrés y tenemos vidas muy agitadas, encontrar momentos de desconexión para recargar pilas es algo casi obligatorio para cuidar de nuestra salud.
Descubre los beneficios de la meditación.
La
ciencia lleva estudiando los beneficios de meditar desde hace años y estos son algunos de los que podremos percibir si empezamos a practicarla.
- Más relajación en nuestra vida diaria.
- Gestionar mejor el estrés.
- Dormir mejor.
- Capacidad de vivir en el momento presente.
- Mayor conciencia de nuestros pensamientos.
- Mayor oxigenación de los tejidos.
- Menor riesgo de problemas cardiacos.
- Aumenta la autoestima.
- Combate la depresión.
Cómo incorporar la meditación a tu vida diaria
Existen distintas técnicas para meditar, aunque básicamente se reducen a
estar en silencio con uno mismo y llevar la atención de la mente a algo concreto. Hay que tener en cuenta que es una práctica milenaria.
Aunque puedes investigar y profundizar en ella o experimentar otros tipos de meditación buscando en libros, o por internet,
lo importante es practicarla.
Para ello puedes empezar por los siguientes pasos:
1. Elige un momento del día.
Nada más levantarte, antes de cenar, cuando llegues del trabajo o cuando estimes oportuno según tus horarios. Tienes que estar en un lugar libre de distracciones y fijar ese momento para tratar de incluir ese hábito en tu rutina diaria.
2. Escoge un cojín mullido.
Cómo sentarse para meditar depende mucho de la persona. Lo ideal es que te sientes sobre el cojín en el suelo y con las piernas cruzadas. También puedes meditar en una silla, sin cruzar las piernas ni los brazos y con la espalda erguida o echado si te sientes más cómodo.
3. Adopta un buena postura.
Debes mantener
la espalda erguida pero sin tensarla. Puedes utilizar una pared de apoyo si te cuesta mucho mantenerte erguido. Relaja los hombros, y libera el cuello realizando algunos giros. Puedes posar de manera relajada las manos sobre las piernas.
Mantén tu mirada abierta. aunque si lo prefieres puedes cerrar los ojos para centrarte en tu respiración por completo.
4. Observa tu respiración.
Siente cómo entra la respiración por tu nariz, recorre tu laringe hasta tus pulmones, llenándolos de aire y empujando tu diafragma hasta hinchar tu vientre.
Lo ideal es centrarte en tu
respiración diafragmática para obtener todos los beneficios que supone esta manera de respirar. Notarás como te sientes más relajado y pendiente del momento presente.
5. Date un tiempo.
Puedes empezar por cinco minutos y después alargarlo conforme te vayas sintiendo más cómodo. Cuanto más veces practiques y mayor tiempo, percibirás mejor los resultados.
Estas son las pautas que queremos darte para que las incluyas en tu rutina diaria. Algunos resultados los notarás rápidamente como: mayor relajación, más confianza en ti mismo, conciencia de tus pensamientos, etc, pero debes mantener tu práctica.
Con el tiempo aparecerán los resultados. Incluso los días en los que tu mente divaga más podrás obtener más control sobre ella.
Autor.
Rosario Peiró